domingo, 25 de enero de 2009

El sueño del fuego paralelo o la micro en llamas



Llegué el jueves 4 del presente al bar “las hormigas” en la casa del poeta para escuchar una lectura de Roberto Appratto. Interesante lo suyo pero, quizás, lo más notable fue la cantidad de personajes que se juntaron esa noche para una lectura que fue difundida con sólo un par de días de anticipación, entre ellos (por orden de aparición ya que yo llegué a barrer): Eduardo Milán, Josu Landa, Hugo Gola, Luis Felipe Fabré, Ernesto Lumbreras and many more, gracias a los esfuerzos de Hernán Bravo que ahora anda organizando ahí la cosa. Yo me enteré de aquello gracias a mi buen carnal Rocdrigo Flores. Cuando terminó la lectura, mi inseparable amiga Sexy Días me dijo que en la mesa con Inti y Karen se encontraba ni más ni menos que Héctor Hernández, a lo que yo como bólido, o boludo, me paré de la silla para corroborar. Así que como buen huevón (pendejo chilean style) me acerqué a la mesa y le dije: “Don Héctor, pues mire, a mí me gusta Coma y su amiga Paula, ¿se saca una foto conmigo?” A lo que él de una y amigablemente respondió: “yapo.” De ahí en adelante me monté en el papel de reportero de tv azteca, que más hacen preguntas para ver reacciones que para obtener respuestas. Herr H.H. contestó todas las preguntas afablemente, y había que ver que unas eran puras boludeces gracias a las ~chelas, incluso me presentó a Yaxkin, Yaxkin a Arturo, Arturo a José Luis y José Luis a la actriz de teatro (cuyo nombre prometo investigar). Después del bar nos fuimos a echar, como corresponde, unos taquitos al pastor. Yaxkin y H.H. iban para el norte de la ciudad y yo también porque por ahí vive mi hermana, así que nos despedimos de Karen, Inti y Rocdrigo y nos fuimos a tomar el metro insurgentes para llegar a Chapultepec. Ahí agarramos una micro para valle dorado, Yaxkin me contó de su página “la red de los poetas salvajes” (la cual es un proyecto muy chingón porque ponen libros enteros en pdf y el link está aquí bajo las recomendaciones “to para vcs”). El gran momento de la noche vino cuando le hice a Héctor la pregunta obligada a todo chileno: sobre la paternidad del pisco. A lo que él respondió que no le cabe duda de que es peruano. Ante ese acto de profunda sinceridad no me restó más que felicitarlo y decirle: Don Héctor usted es el primero. Después de los abrazos y las fotos el conductor de la unidad nos informó que iba a tener que tomar una desviación porque habían cerrado el periférico, así que anduvimos unos 40 minutos rolando en la micro por Echegaray y con esto comprobamos que no hay nada más irrefutable que el infrarealismo en México.