viernes, 27 de febrero de 2009

discurso sobre o filho da puta


Este libro del poeta portugués Alberto Pimenta, es un manifiesto publicado en 1977. El hijo de puta es una existencia ideal o una quintaesencia contrario al ideal del superhombre. El discurso, favorecido por esta filiación, no titubea en la exploración de la tradición alemana al dialogar con Nietzsche y Heidegger pasando por Franz Kafka. De hecho, en el prólogo a la edición más reciente, Pimenta incluye una nota al respecto de la traducción del discurso al alemán donde el filhoputismo se pierde en la translación al Arschloch. En español, encuentro el recipiente más afortunado en el “hijo de la chingada,” pero sé que este mexicanismo no podría ampliarse sin una cara ficticia en el resto de los países de habla hispana. Y entonces la unidad de la lengua tiende, necesariamente, a la diversificación en la búsqueda regional de un concepto, en apariencia, tan universal como el filhoputismo.
En esencia, el hijo de puta de Pimenta es una construcción social, i.e., un dispositivo de los sistemas de educación para inhibir las facultades del individuo y, al mismo tiempo, volverlo adverso a las facultades de los otros. Un verdadero hijo de la chingada, que no come ni deja comer, cuya madriguera son las instancias burocráticas, sólo tiene una aspiración en la vida: ser el más hijo de la chingada que cualquier hijo de la chingada.
(capa fornecida pla Cecilia)

lunes, 9 de febrero de 2009

Las pelis de Reygadas


La primera película que vi de Reygadas fue “Japón.” La verdad es que me quedé hipnotizado con el desnudo de la viejita y algunas escenas panorámicas. También me sorprendía el manejo del lenguaje coloquial en el guión, bastante equilibrado pero con tensiones formales muy interesantes, en todo caso se notaba una intención plena en los detalles. Después de la peli, vi el bonus material del DVD que incluía una entrevista con el director, de esa parte me gustó lo que dice sobre el empleo de actores no profesionales o el no empleo de actores. Creo que de este modo cada realización es un evento único, irrepetible y ese era parte del objetivo. En el D.F. intenté ver “Luz silenciosa” pero llegué a la Cineteca en lunes y no había funciones (ahora lo sé). Hace un par de días pude ver “Batalla en el cielo” y la verdad es que me dejó volando. Para empezar es una película pendiente, en todo momento, de los aspectos formales, es decir, la historia, que es bastante buena, nunca se antepone a los otros elementos, cada escena tiene un tempo preciso. La evolución de Marcos, el "gordito" de los lentes, es estupenda, el acercamiento de la cámara a los gestos, al cuerpo de los personajes y a los lugares permite una exploración física y anímica de la situación. Básicamente el meollo del argumento es ¿cómo superar el hermetismo que envuelve las relaciones y sustenta un atroz biopoder en la ciudad de México -espacio saturado donde la máxima levedad del crimen es secuestrar al hijo de tu vecino y lo sublime es prostituirse-? Esta película aborda la complejidad de esos elementos y pone al desnudo, literalmente, los motivos y las pasiones de los habitantes de esta urbe (Wikipedia los describe como: old and ugly characters; un atentado contra el dogma brangelinesco). Al reflexionar sobre esta saturación me viene a la mente la película “Ensaio sobre a cegueira” de Fernando Meirelles y me aferro a pensar que en un futuro van a tener que evacuar el Distrito para exorcizar sus demonios y dejar descansar, finalmente, a sus muertos. Tal vez se convierta en una ciudad-museo y en el gran Mictlán de América Latina. El desenlace trágico de “Batalla en el cielo” podría entenderse como la redención del espectro del amor mediante la muerte, sin embargo, lo repito la película ofrece mucho más que una buena historia. Algunos amigos me recomendaron “Luz silenciosa” como la mejor película mexicana del 2008 y la verdad es que sin haberla visto, por el trabajo del director, lo creo.