El gran aprendizaje ha sido la amistad sin demeritar la generosidad de algunos profes que todavía conservan un grado de esperanza muy en el fondo de sus evaluaciones semestrales. En mis tiempos de Iowa comprendí la inmensidad de nuestra lengua gracias a mis keridos carnales Cristián, Jesús y Alfredo (amantes incondicionales de las letras), cada uno en su lucha, cada cual en su geografía, hasta que se llegaban las 10pm cada domingo y joe´s se convertía en la trinchera para comenzar todo de nuevo: “cachai?” “ño caballero!” “estás tirando con máuser,” "ya tu sabes." En esta foto (hace justo 4 años) estamos con don Lorenzo García Vega, cuyo El oficio de perder, es una piedra de toque para defender, ante todo, la convicción y dar combate a las razzias que pretenden hacer de nuestras vidas un sistema, luchadores en el desierto diría Pound. Desde siempre aprender es un movimiento constante, buscando esas esencias que nos dan fuerza para seguir y para no bajar la guardia ante los perniciosos simulacros de las academias y reconocer que el viaje ha valido la pena.
lunes, 11 de mayo de 2009
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